Táctica Individual: Toma de Decisiones en el Entrenamiento

Una característica que tienen todos los deportes en común es la necesidad de tener agilidad mental en el momento de la actividad física: disparar o pasar, bloquear o cruzar, ir a portería o hacer un balance defensivo, ponerse en rodilla en tierra o en pantalla… Son decisiones que se deben tomar en unas milésimas de segundo y que pueden marcar el devenir de un encuentro.

Foto LuisVelasco.es

Muchas veces se destaca la inteligencia de entender el juego de porteros como Roger Molina o de jugadores como Marc Gual; pero en realidad todos los jugadores deben tener la capacidad de entender en muy poco tiempo cual puede ser la mejor solución.

¿Pero esto se entrena? Habitualmente no. La toma de decisiones o el pensar en la pista es algo que prácticamente siempre se pasa por alto, dejándolo a la facilidad casi innata del jugador, que irá asumiendo esta cualidad a medida que crece y ve cómo se desarrolla su mente.

Si nos fijamos en los entrenamientos habituales, nos encontramos que todos los ejercicios como tal (salvo aquellos que incluyan un elemento de partido como los contraataques, los regates o los partidos en sí) son demasiado automáticos: sigues las indicaciones del entrenador y lo repites una y otra vez.

Por ejemplo, en uno de los últimos ejercicios que preparé realicé una prueba para intentar medir la “velocidad de reacción mental” de mis jugadores. Era muy simple, el jugador debía de hacer un uno contra el portero y, acto seguido, defender un uno contra uno; pero antes de la segunda acción debía de ir a tocar un cono. Pues bien, después de varias rondas donde el cono siempre estaba en el mismo lugar, yo iba cambiando la posición del mismo (a la izquierda, a la derecha, alejándolo, etc.) y cuando los jugadores querían ir a tocarlo y no lo veían a la distancia que ellos tenían automatizada se bloqueaban con diferentes reacciones: unos lo veían e iban a tocarlo después de unos segundos, otros se quedaban parados y terminaban desistiendo del movimiento dedicándose a defender directamente…

Este es uno de los modelos que se puede utilizar para hacer que los jugadores piensen, tener que estar atento no solo al ejercicio sino también a los cambios que nosotros propongamos les servirá para entrenar la concentración y la velocidad de reacción.

Obviamente, también los hay más sencillos; y es que todos los ejercicios que impliquen uno o varios regates o un “partido” (2×2,3×3 ,2×1) sirven, indirectamente, para que los jugadores tengan que pensar en cuál es la mejor opción para terminar con éxito el ejercicio.

También se puede practicar esto con ejercicios donde haya más de una opción posible; pero estos ejercicios tienen el problema que los jugadores terminarán o haciendo la opción que mejor les salga (automatizando el ejercicio) o decidan elegir las opciones de una manera regular en el plan de “opción A, opción B, opción C” así una y otra vez, volviendo a caer en el problema de la automatización.

Pelayo Sanz

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